Orbis Tertius, vol. XXVIII, nº 38, e284, noviembre 2023-abril 2024. ISSN 1851-7811
Universidad Nacional de La Plata
Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación
Centro de Estudios de Teoría y Crítica Literaria

Libros

Andrea Bocco, Natalia Crespo y Carlos Hernán Sosa (Dirs.), “De cada cosa un poquito”. Prensa y literatura en el largo siglo XIX argentino. Colección Trama Federal, Paraná / Formosa, UADER / EdUNaF, 2022, 416 páginas

Bruno Ragazzi
Universidad Nacional del Nordeste / CONICET, Argentina
Cita recomendada: Ragazzi, B. (2023). [Revisión del libro “De cada cosa un poquito”. Prensa y literatura en el largo siglo XIX argentino por A. Bocco, N. Crespo y C. H. Sosa (Dirs.)]. Orbis Tertius, 28(38), e284. https://doi.org/10.24215/18517811e284

Las relaciones entre publicaciones periódicas y literatura revelan un área de interés para los estudios literarios, cuyo abordaje ha ido aumentando en el transcurso de los últimos años. Estas permiten la posibilidad de pensar posicionamientos críticos, jerarquizaciones estéticas e ideológicas, e interrelaciones discursivas, operaciones de mediación, que se dan lugar en esta vinculación. Y constituyen, en fin, un área media de sociabilidad en la zona intelectual, cuya historia se remonta a principios del siglo XIX.

Andrea Bocco, Natalia Crespo y Carlos Hernán Sosa reúnen un conjunto de textos que trazan una zona de indagación sobre las vinculaciones entre literatura y periodismo partiendo de la idea hobsbawmsiana de que el siglo XIX constituye un siglo largo, que abarca desde sus inicios, hasta la explosión de la Gran guerra a principios del XX. Con este corte temporal, en el libro se establece un recorrido que observa los inicios del obrar literario y sus puntos de contacto con el periodístico, también las trasformaciones que se dieron lugar con la asunción de la modernización del Estado y la complejización de la zona letrada, la emergencia del discurso de la crítica, la profesionalización del escritor y la autonomización de los campos.

El libro compila artículos de investigadores provenientes de diversas universidades del país y que, en su mayoría, pertenecen a la Red de Estudios de Literatura Argentina (RELA). Es, asimismo, el volumen inaugural de una colección, Trama Federal, que tiene como objeto repensar los paradigmas críticos que marcaron la cartografía de investigaciones académicas, diseñada por una agenda histórica que partió del centralismo porteño y de la idea de región, que estableció el ideario nativista del Centenario. Constituye un ejercicio crítico, tal como lo plantea Liliana Massara en la presentación, que se concibe como una batalla contra la domesticación de las fuerzas hegemónicas para establecerse desde un pensamiento “lugarizado”.

En consonancia con estos planteos, el conjunto de textos realiza un itinerario de lectura acerca de la relación entre periodismo y literatura, desde las diversas zonas que conforman el mapa del país. Así, “De cada cosa un poquito” establece un recorrido por zonas de vacancia, teniendo en cuenta que estas vinculaciones, prioritariamente, solo se realizaron teniendo en cuenta la producción centralizada y las dinámicas de los grandes centros metropolitanos del país. Es pues una doble operación de descentralización de la lectura, tanto en la constitución de corpus, quizá notablemente postergados en la cartografía de los estudios literarios, como en los ejercicios críticos.

Por otra parte, es de destacarse que el libro se encuentra coeditado por la Editorial de la Universidad Autónoma de Entre Ríos y la de la Universidad Nacional de Formosa, que ocupan un lugar periférico en el tramado de las editoriales universitarias, dominado por editoriales con mayor capital simbólico y económico. Se puede pensar, de esta manera, que “De cada cosa un poquito” constituye un ejercicio crítico y político, de administración y redistribución de voces y lugares en el campo de la investigación en literatura argentina. Este gesto evoca la voz del periodista Luis Pérez, que afirmaba: “Impostores, cuidadito,/ si no quieren que les diga/ de cada cosa un poquito”.

Este mapeo de indagación federal se encuentra dividido en cinco secciones. La primera, “Miradas facciosas, exilios, cautiverios y errancias”, se encuentra constituida por un conjunto de textos que examina la relación entre prensa y literatura atravesada por la circunstancia de producción de los escritores. El artículo de Mónica Bueno, “El padre Castañeda: el uso de la lengua y la forma de la ficción”, se centra en la obra de este letrado, cuya participación en la prensa se sostuvo entre los años veinte y la época rosista. Bueno analiza cómo la utilización de la lengua de Castañeda en las ficciones publicadas en periódicos de la época se despliega en la utilización de términos nuevos, vinculados a la emergencia de una conciencia criolla. Hebe Molina, por su parte, en “Vicente Fidel López. El periodismo chileno o cómo construir una Literatura progresista”, aborda las intervenciones de López en la prensa chilena como parte de un programa que denominó literatura progresista. A partir de la circulación de diversos géneros, se piensa su intervención en el espacio público con el fin de consolidar una literatura adecuada a su tiempo, donde aboga por la integración nacional y el cambio de hábitos políticos. En “Las operaciones de la prensa y el Estado sobre la cuestión de la frontera interior: el caso de Santiago Avendaño”, María Laura Pérez Gras analiza la circulación de la literatura de cautiverio en la prensa periódica del último cuarto finisecular. Parte del hecho de que, teniendo en cuenta las experiencias de cautiverio, la visibilización de estos relatos fue más bien censurada y escasa, producto de operaciones de la conciencia monoculturalista. A partir de esta idea, la autora analiza las relaciones entre prensa, Estado y circuito literario centrándose en las publicaciones del cautivo Santiago Avendaño en la Revista de Buenos Aires, que arrojan evidencias sobre la intervención editorial en estos relatos. Por último, Cecilia Corona Martínez, en “Las ¿dos? Vidas de Martín Goyechea Méndez. Derivas de un escritor cordobés”, analiza la trayectoria del autor, haciendo un seguimiento de sus intervenciones en diarios, en diversos momentos de su vida y lugares -Córdoba, Bueno Aires, Paraguay-, que lo perfilan inicialmente como una figura periférica del modernismo argentino hasta el reconocimiento en el campo literario paraguayo.

La segunda sección, “Mujeres de prensa”, realiza un cartografiado de las escrituras femeninas decimonónicas y su relación con las publicaciones periódicas. El artículo de Marina Guidoti analiza la construcción del paisaje citadino en las escrituras de Juana Manuela Gorriti y Eduarda Mansilla, en publicaciones como Revista de Buenos Aires o La Ondina del Plata, a partir de la idea de que el análisis de las percepciones y la toma de contacto con la realidad permiten vincular lo estético con el sentir colectivo. Allí las escritoras despliegan sus percepciones sobre diversos temas que, en algunos casos, permiten leer posicionamientos críticos en torno a ciertas construcciones ideológicas dominantes. En el texto de Milagros Rojo Guiñazú, “La mirada política de Eduarda Mansilla en su obra periodística”, se aborda la escritura periodística de Mansilla y su tratamiento de diversos temas de preocupación pública, como la educación, la política, lo íntimo y la religión. Allí la mirada femenina, a veces, cuestiona el pensamiento estatuido patriarcal, aunque estos posicionamientos no dejan de articularse con el lugar de inserción aristocrático al que pertenecía la autora. María Gabriela Boldini, por otra parte, en “María Eugenia Echenique: una monja emancipista. Escritoras de provincia en la prensa porteña de fines del siglo XIX”, aborda una polémica, ocurrida en el diario La Ondina del Plata en torno a la emancipación de la mujer, entre María Eugenia Echenique y Josefina Pelliza de Sagasta. El contrapunto que se distiende en la discusión permite entrever diversas posiciones, que oscilan entre el gesto conservador de la primera y el progresismo de la segunda. Sin embargo, ambos planteamientos no dejan de dar cuenta acerca de cuál debería ser el papel de la mujer, en la carrera -siempre retrasada en un campo dominado por escrituras masculinas- por la profesionalización de las escritoras, en un espacio de intervención pública que les era esquivo como el del periodismo. Finalmente, Natalia Crespo, en el texto “’La aliada’: prensa literatura en Ada Elflein”, se centra en las intervenciones periodísticas de Elflein, cuyos orígenes inmigrantes la diferencian de otras escrituras de circulación dominante en tiempos del Centenario. Ello permite entender cómo la letrada construye su ideario de Nación, tendiente a una integración en la que prevalece una representación positiva de inmigrantes, negros, indios y mujeres.

La tercera sección “Por un diarismo no (solamente) porteño”, repasa trayectorias e intervenciones escriturarias de los periódicos “de provincias”. El texto de Fabiana Inés Varela, “El periodismo y la literatura en Mendoza durante el siglo XIX. Visión de conjunto”, repasa diversas etapas del periodismo mendocino y su relación con la producción literaria. La autora toma en cuenta que las concepciones de periodismo y literatura de la época permiten pensar en una relación indisociable entre ambos campos, a principios de siglo, para luego avanzar hacia una paulatina autonomización y diferenciación. Por otra parte, el artículo de María Florencia Antequera, Matías Armándola y María Inés Laboranti, “Alcides Greca / Guillermo Saraví: procesos de legitimación literaria y medios periodísticos. Construyendo un archivo”, se centra en los periódicos de circulación de Paraná y Santa Fe, y las intervenciones literarias que intelectuales como Saraví y Greca realizaron para la cohesión comunal en diversos medios de prensa a principios del siglo XX, al tiempo que utilizaban estos medios escriturarios como formas de autolegitimación periférica. Por su parte, Alfonsina Kohan, en “Literatura y compromiso en Alberto Gerchunoff: ‘compromiso’ y verborragia”, aborda la trayectoria intelectual del escritor ucraniano-entrerriano y su devenir de periodista a literato. Kohan se centra en los posicionamientos de filiación nativista del escritor, a partir de los que se intenta construir una identidad intercultural.

Seguidamente, “Profesionalización y nuevos consumos finiseculares”, constituye un conjunto de artículos que repasa las trasformaciones de los medios y la literatura en vías de modernización. El texto de Andrea Bocco, “La Carcajada: hojas irreverentes en la Córdoba finisecular”, explora las oscilaciones internas en las que se desenvuelve la publicación cordobesa de tendencia satírica. Por las mismas contradicciones en las que se encuentra la capital cordobesa, de tráficos culturales contrapuestos y tensiones ideológicas, el diario replica esas dinámicas, y oscila entre una tendencia progresista y otra conservadora. Hernán Pas, en “Folletín: la entrada de la literatura en la prensa”, atiende a las consecuencias de la entrada del folletín en los periódicos porteños. A mediados de siglo, efectivamente, la prensa empieza a abandonar paulatinamente su carácter faccioso o agónico, para dar lugar a otro tipo de discursos, más plegado al entretenimiento y a la lectura de ocio. La mediatización del discurso literario en la prensa establece zonas de negociación en el medio y demanda, asimismo, un cambio en las actitudes lectoras. Por otra parte, el artículo de Eduardo Romano, “Ernesto Quesada crítico ¿literario o intelectual? entre 1881 y 1894”, aborda los posicionamientos que el escritor tomó, especialmente, en la Revista Nacional. Entre intelectual y crítico literario, Quesada se desenvuelve en las publicaciones en tiempos de búsqueda de profesionalización encarada por los sectores de la élite letrada ligados al nacionalismo conservador nativista, lo que marca las fluctuaciones entre la transmisión del proyecto intelectual y el papel de crítico animador, que por momentos se superponen.

Finalmente, la última sección “Algunas proyecciones decimonónicas”, reúne un conjunto de textos que desenvuelven un conjunto de hipótesis y corpus de lectura, cuyos estudios pueden articularse como prolongaciones del largo siglo XIX. El texto de Carlos Hernán Sosa, “Una pierda en el zapato. El discurso pro civilizatorio en algunas narrativas expedicionarias al Pilcomayo (Domingo Astrada, Otto Asp, Federico Gauffin)”, lee las narrativas expedicionarias de la ocupación blanca en la zona norte del Pilcomayo, desde la constitución de un conjunto de discursividades de origen heterogéneo, algunos de circulación en la prensa porteña. Las miradas que se despliegan en este conjunto, cada una con sus matices individuales, exhibe una serie de relaciones residuales -asociadas al exotismo, el desierto, el afán homogeneizador- contrastables con los discursos sobre el avance en los territorios patagónicos. Por otra parte, “Excursiones periodísticas: crónica de una investigación sobre prensa de entre-siglos” de Martín Servelli constituye un itinerario del proceso de investigación sobre un corpus delimitado por las crónicas periodísticas de viajes. Su hipótesis de lectura parte de que estas narraciones contribuyeron a la construcción de una imagen de nación, en tiempos de “confusión identitaria” por la llegada del aluvión inmigratorio. La vinculación entre prensa y política gubernamental le permite repensar las ideas acerca del nivel de autonomización del campo periodístico, donde conviven la vehiculización política en diversos estados de modernización cultural. Por último, el texto de Paulina Brunetti, “Teatros y espectáculos y su público. La contienda por el orden moral en la prensa cordobesa de 1920”, atiende a los posicionamientos de dos periódicos relevantes de la capital de Córdoba, La Voz del Interior y Los Principios. Estas publicaciones se enfrentan en las reseñas de espectáculos de la segunda década del siglo XX, desde principios enunciativos atravesados por diversos órdenes de convención moral marcados, fundamentalmente, por la relación sostenida con el poder clerical.

De cada cosa un poquito”. Prensa y literatura en el largo siglo XIX argentino constituye un libro que abre nuevas problemáticas sobre los estudios literarios dedicados al siglo XIX, ofrece otras formas de leer y establece nuevas redes categoriales sobre un corpus que parecía “agotado”. Además, es un testimonio de las inquietudes académicas más allá de las agendas del centralismo, permitiendo de esta manera miradas más complejas sobre las problemáticas tratadas.

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